domingo, febrero 14, 2016

Relatos distópicos. Sacha y la montaña



            El sol no deja ver bien la cumbre del Fitz Roy. Sacha aún no decide si tomar un descanso o realizar el trecho que le permitiría hacer cumbre. El frío cala los huesos y sus manos resbalan sobre la roca húmeda… es ahora o nunca, no quiere fracasar y volver en otro momento es un lujo que no puede darse.

            En un breve descanso para tomar unas bocanadas de aire, aprovecha el tiempo observando las majestuosas cumbres de los Andes. La fotografía 3D a 360 grados se impone como trofeo para mostrar a sus amigos de la patrulla Huemules… quiere ser el primero del grupo que finaliza la aventura y obtiene la Insignia de “montañista”.

            Luego de un suave ascenso se erige una pared de 15 metros que no puede ser rodeada. Se ajusta el arnés y comienza a clavar las estacas colocando también los mosquetones; no quiere correr el riesgo de caerse al abismo, es algo que no se perdonaría. Se da cuenta que queda una explanada y solo subir unos 30 metros para poder clavar su bandera en la cumbre. Sabe que son los más peligrosos entre otras cosas porque la niebla se entremezcla con la nieve y la desorientación puede jugar una muy mala pasada.

            Siente el viento helado golpear fuertemente su cara, la dificultad es cada vez mayor pero a esta altura no está dispuesto a rendirse. Comienza a nevar haciendo más dificultoso el avance. Siente pinchazos en sus manos y pies entumecidos. Para darse fuerza imagina el chocolate caliente que lo espera al terminar, el abrazo de su novia y el merecido descanso que todo héroe necesita.

            Sonríe… está a 4 metros de la cumbre. Se apoya en una piedra para darse empuje y al zafarse queda suspendido en el aire sostenido por su arnés. No puede aferrarse a nada, se bambolea de un lado a otro sin llegar a ninguna de las paredes que lo rodean. Luego de 15 minutos de meditarlo, frustrado por un nuevo fracaso, decide cortar su cuerda. Siente todo su cuerpo caer, cada centímetro parece independiente de otro generando una sensación indescriptible… debajo el vacío… Miles de imágenes pasan por su cabeza, ya no será el primero de su patrulla en hacer cumbre, solo queda un chocolate con sabor a fracaso esperando.


            Se quita el casco neural e inmediatamente la habitación vuelve a tomar forma. El mensaje sobre la Pantalla en una de las paredes le recuerda “La especialidad de montañismo ha fracasado, pero un Scout jamás se rinde. Para volver a intentarlo inserte su tarjeta de crédito y presione ‘recomenzar’. Recuerde que con el pago que Ud. realizan la Organización Scout le otorga 20 créditos de Buena Acción por participar en la donación a la República del Congo de semillas hortícolas TOMONSAN y herbicida DAPROUND, que permite el exterminio de las hierbas autóctonas inservibles”.

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