Nuestro mundo
ya no es el que era. Hace algunos años en las organizaciones se comenzaron
a utilizan términos como “gobernanza” y
“gobernabilidad” no siendo obra de la casualidad sino una estrategia pensada
desde ese intangible para la mayoría de nosotros que denominamos poder, por el
cual estamos atravesados.
En
un artículo del diario “El País” José Vidal Beneyto, Director del Colegio de Altos Estudios de París,
realiza un resumen por demás interesante donde pone a la luz una cuestión que
ya fuera anunciada – de otra manera- por Michel Foucault al acuñar el término
gobernamentalidad. Vidal – Beneyto nos dice que “La gobernanza, pues, denotativamente es la simple acción de gobernar,
pero el aura connotativa que le acompaña se encarga de subrayar que esa
actividad debe de ejercerse lejos del poder del Estado y cerca del poder de las
empresas. Hemos dado un importante paso adelante en el proceso de extrañamiento
de la política. La Real Academia de la Lengua, al trasladar el año pasado al
contexto euroespañol ese término privilegia la opción sémica más consensual, la
que corresponde al programa social-liberal, eje del pensamiento único: 'manera
de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico,
social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el
Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía'. Academia locuta causa finita. Ideología incluida”.
Leída de corrido
pareciera no tan terrible, quizás si lo analizamos un poco podremos dar cuenta
de algunos detalles de la definición.
La primera pregunta es ¿dónde está
el poder? Claramente aparece que se trata del “poder real”, del capital
financiero, las grandes productoras de objetos de consumo y de opinión pública -
Medios de comunicación social - que han convertido al mundo en una pantalla
cuyos contenidos se encuentran determinados por los intereses del poder real.
Se hace condición necesaria del Poder, la existencia de Estados Mínimos
supuestamente no politizados donde la participación política de las personas se
desvíe a otros ámbitos de más fácil administración de la queja, donde el
control social sea eficaz pero no evidente. Las grandes ONG (Organizaciones No
Gubernamentales) se forman a partir de que el Estado deja de cumplir su función
canalizando en parte la protesta social con distintos “individuos” – en el
sentido liberal del término- que a su vez se reúnen para realizan acciones que
corresponderían al gobierno y que terminan siendo “paliativas” en tanto nada
del sistema cambia. A partir de las Ongs se expresan las quejas “civilizadamente”,
encuadradas en el lugar que el poder real les asigna. La mayoría de los derechos
son libertades individuales desarticuladas de concepciones globales del hombre
que podrían organizarse para el cambio social verdadero haciendo uso del sistema
democrático, lo que implicaría la incidencia directa en el poder político del
Estado. Multiculturalismo e individualismo asumen al poder real como “natural”,
con escasa crítica e interés por la causa real de las desigualdades.
Los “auspiciantes” proveen recursos económicos para el salario de los “expertos”
que son los encargados de dirigir lo que importa de las organizaciones (el
Ejecutivo) construyendo programas de trabajo y capacitaciones donde se pone en
juego la ideología que se dice no- ideológica, que se traducirá en el accionar
concreto de los voluntarios. En las grandes ONGs la verdadera democracia
es un riesgo para su objetivo primario de control social dentro del esquema de
la sociedad neoliberal. El objetivo secundario - el que todos conocemos
– al cual es muy difícil no adherir si realmente se cree en un mundo mejor, se
constituye en una trampa perfecta para el cambio social verdadero ¿quién puede
estar en contra de la libertad de expresión? ¿de la promoción del desarrollo?
¿de la educación de niños y jóvenes? ¿de la preservación de la naturaleza? ¿de
las libertades individuales cualesquiera que sean?
Lo que denomina “extrañamiento de la política”
se observa en lo cotidiano donde los actores sociales de las ONGs que en otro
momento serían posibilitadores de cambios estructurales, desilusionados –gracias
a los medios de comunicación- de la política se convierten en sostenedores “apolíticos”
para que el cambio social NO se produzca trabajando activamente en el rol
asignado por el Poder Real, cumpliendo las funciones que corresponden al Estado
y en favor de su propio narcisismo conteniendo a los niños y jóvenes de una
infancia y juventud abandonada a la buena de Dios por el sistema económico y de
producción de subjetividades. La renuncia al análisis de las
causas reales y la ideología desde la cual se interviene (y no la tarea en sí)
convierten al “voluntario” en colaboracionista, en tanto permite la reproducción
ad infinitum del sistema.
En las grandes ONG´s el auspicio de
las empresas locales e internacionales (a diferencia del político) suele ser deseado
y bien recibido de allí que suele aspirarse a los programas de “responsabilidad
social empresarial” que actúan como propaganda para las empresas. Los
escándalos conocidos donde se evidencia que el origen de algunos fondos de las
grandes ONG no son tan claros prefieren ignorarse. Encontramos países fuertemente
cuestionados en derechos humanos financiando “programas de paz”, empresas
petroleras y agroquímicas a través de fundaciones ligadas a ellas financiando “programas para el mantenimiento del
ecosistema” e incluso programas que cuestionan los lugares de operaciones de
sus empresas competidoras… y mucho más...
Mientras tanto, el peso sobre los
voluntarios se acrecienta en función del bien-estar de unos pocos “ejecutivos” que
los llenan de trabajo y documentos como así de capacitaciones porque al
desviarse del objetivo principal, la burocracia que se construye debe
justificar su mantenimiento (o sea, el trabajo de los ejecutivos y empleados) pasando
a ser el verdadero poder dentro las Organizaciones No Gubernamentales más allá
de la forma que asuma el mecanismo legal por el que los socios deciden quienes
en teoría conducirán a la Organización a sus objetivos. De esta manera las ONG´s de convierten en
“lavado de cara” de empresas y gobiernos que realizan aportes directos o desde “fundaciones”
en función de sus intereses que van desde la introducción de un fármaco a
producir la desestabilización de los Estados en nombre de la “democracia” que
sería ni más ni menos que la asunción de un gobierno que establezca un Estado Mínimo
para permitir la mayor libertad para hacer sus negocios sin problema. Las ONG´s quedarán en
oposición con las “Organizaciones sociales” y las “Comunidades concretas” en
tanto estas últimas se mueven a partir de realidades focales para intentar
producir cambios en su lugar y por añadidura en lo global.
Para cerrar este punto no podemos
dejar de lado lo ya conocido y estudiado por distintos analistas del fenómeno
ONG que es el análisis de los balances de las grandes organizaciones, donde la
mayoría del dinero de los aportantes se va en salarios (Ejecutivos y
administrativos), merchandaising, viajes
(de los ejecutivos y algunos agraciados), viáticos, producción de enormes
toneladas de material sea de programas o capacitaciones (forma de justificación
del salario a costa de volver un poco locos a los voluntarios) siendo escaso o
nulo el dinero que se utiliza para el objetivo primario.
Instituciones Scouts Mínimas. El movimiento scout como
plataforma de cambio
Haciendo un poco de memoria
histórica, podría decirse que Baden Powell escribe su programa para niños
y jóvenes como un complemento para distintas Organizaciones Sociales que
trabajaban con la niñez sean confesionales o no confesionales, de hecho
de esa forma hace su propuesta a los Brigade Boys. Ese gesto inicial marca su deseo más
genuino: crear un espacio donde niños y jóvenes a través de las actividades al
aire libre y por el uso de un modo de organización que conocemos con el nombre
de “sistema de patrullas” puedan convertirse en buenos ciudadanos, activos,
partícipes de una sociedad que comenzaba a crecer en derechos sociales y
políticos.
Conocemos el impacto en la promoción
del escultismo de la revista inglesa “Chums” que produjera el surgimiento de
patrullas espontáneas y el fabuloso crecimiento de la propuesta que desemboca
en un proceso de institucionalización que no fue sin crisis al momento en que
se decide institucionalizar el escultismo (incluso hay relatos de época sobre
manifestaciones scouts producidas en el centro de Londres) que termina
coagulando la posibilidad de otros destinos posibles. En Argentina la fundación
de la INSA y la Ley Irigoyen aplastan cualquier intento de practicar escultismo
por fuera de la misma aunque siempre nos queda el deseo inicial como
referencia de cualquier tipo de debate.
Si el escultismo fue concebido como plataforma es pensable
que en una época donde los derechos civiles y sociales no son los mismos que a
comienzos del siglo XX, las Comunidades Organizadas o las Organizaciones
Sociales pueden hacer un buen uso del mismo a efectos de fortalecerse con un
más allá de propuestas “recreativas” para los niños y jóvenes de los barrios y
sectores sociales vulnerables y con sus derechos vulnerados, ya que el sentido
último que señalara BP es la instrucción en ciudadanía. “Pinta tu aldea y
pintarás al mundo” decía Tolstoi, vale la extensión en nuestro tiempo donde
nuestra aldea real que es la comunidad, el barrio, el lugar donde vivimos,
queda eclipsada por la aldea virtual que nos aleja de la gente de “carne y
hueso”, que vive, se alegra, sufre, tiene necesidades, ama.
En sus procesos universalizantes las
grandes asociaciones scouts van segregando lo particular de cada lugar en
tanto cultura, derechos, problemáticas comunitarias. En función de abarcar
distintas realidades generalizan, o sea, convierten a las instituciones en poco
operativas para casi ninguna de sus definiciones haciendo caso al dicho campero
" el que mucho abarca poco aprieta”. Estas generalidades son construidas
por los “expertos” que termina cumpliendo la función de control social aunque
los mismos se crean “progresistas” o “defensores y promotores de derechos”… si…
los mismos a los que nos referimos en la primera parte del artículo, que suelen
ser los empleados de la Gran Organización o mal llamados “scouts profesionales”,
encargados reales de definir y ejecutar los marcos teórico-políticos
hegemónicos que están velados, en nombre de la Misión a la cual es difícil no
adherir por la “bondad” de objetivos.
Hablar de “Instituciones mínimas” es
pensar en la necesidad del tiempo en el que vivimos, de conformar pequeñas burocracias
necesarias para el funcionamiento de la “plataforma escultismo” en diferentes
lugares, sin que el movimiento sea utilizado por los fines de control social a
cargo de expertos y/o planes biopolíticos auspiciados por el poder real cuya
incidencia en las ONGs es una característica de nuestra época. Haciendo un poco
de historia estos procesos en las grandes ONGs se pueden ejemplificar con el
surgimiento en 1971 de “Médicos sin fronteras” a partir del silencio cómplice de
la Cruz Roja Internacional ante los bombardeos a los hospitales donde en Biafra
se prestaba ayuda humanitaria. Una segunda vuelta se produce en los 90 donde la
incidencia la globalidad de los programas de las grandes ONGs aplasta las
diferencias y pretende imponer en un mundo que se configura como multipolar una
Ideología única que hoy denominamos subjetividad neoliberal.
Las “instituciones scouts mínimas” forman parte
de la alter-globalización en tanto permiten
rescatar lo particular de los distintos lugares que se relaciona con la
conformación de las diferentes identidades, diversidad alojada en las realidades locales
sin perder la perspectiva global, respetando la propia cultura, realizando un
abordaje de las situaciones concretas de las comunidades y con
las comunidades. No hay realidades homogéneas en un país, incluso en una ciudad. Hace pocos días fui
invitado a una mesa sobre adolesecencia para disertar junto a profesionales de distintas , el titular de una cátedra de antropología que trabaja en
barrios muy humildes afirmaba sin lugar a dudas que el criterio de felicidad de
los que nos ubicamos dentro de las Necesidades Básicas Satisfechas es muy
distinto a quienes están por debajo de ellas, por lo que las estrategias de abordaje
fallan ¿Qué programa tiene más chances de ser útil, uno “enlatado” producido
desde la lectura de la realidad de la clase media, uno tradicional construido
con regulaciones mucho más claras de las relaciones, o uno tradicional con los
aportes de la pedagogía crítica? La visión de la Organización UNA se convierte
en colonizadora si no es posible pensar la relación entre aquello que hace UNO
(bases iniciales del escultismo) y lo MULTIPLE, tema harto abordado por la
filosofía clásica a partir del Parménides y el psicoanálisis de nuestra época,
tema que tratan de solucionar las Organizaciones Federativas de nuestro tiempo.