Difícilmente
podamos encontrar una definición común de lo que entendemos por “Educación
Popular” en tanto la conceptualización de lo popular siempre está en tensión con
distintas interpretaciones y contextos sociopolíticos. Marco Raúl Mejía y
Myriam Awad nos brindan una definición que seguramente podrá sernos muy útil,
dada su amplitud: “La especificidad de la
educación popular radica en ser una intervención intencionada con instrumentos
dentro del mundo del saber y el conocimiento, que busca el emponderamiento de
sujetos y grupos excluídos -segregados, desiguales- quienes, en el proceso, se
constituyen en actores sociales que transforman su realidad de forma
organizada”.
Cualquier
grupo scout o dirigente scout que trabaja con niños y jóvenes cuyos derechos se
encuentran vulnerados por razones políticas, económicas o sociales se encuentra
que la propuesta del movimiento (sin importar de qué asociación se forme parte,
si es que están en alguna de las existentes) por diversos motivos que hacen a
la historia misma del movimiento, parte de una concepción de niñez que si bien
no la encontramos fácilmente en los sectores medios, menos se encuentra
presente en sectores donde la exclusión y la segregación son el pan de cada
día. Al déficit de lo simbólico y los excesos de la marginalidad, se agregan
muchas veces la exclusión de lo propio de la cultura ancestral de poblaciones
que han migrado y se han establecido en distintos lugares del país donde lo
particular en vez de ser capital simbólico del cual servirse, se negativiza en
tanto “la sociedad” exige sea desechado.
Aquí nos
encontramos con la primera pregunta que un grupo scout o un dirigente debe
realizarse: ¿Es función del escultismo la adaptación del sujeto al modelo
social impuesto donde el destino de los niños y jóvenes ya está pre-determinado
por sus derechos vulnerados? ¿Es función del escultismo la formación de un ciudadano
pasivo que a la manera de “Rovers de Gilcaft” desaliente las prácticas
que apuntan a la promoción de los derechos como los partidos políticos, los
gremios y los clubes por considerarla “peligrosa” (lean el texto de
referencia).
Si Ud.
piensa que la función del escultismo es adaptativa al modelo social donde se
naturaliza la pérdida o ausencia de derechos y a su vez piensa que las
prácticas vecinales, gremiales y políticas son peligrosas lo mejor que
puede hacer es dejar de leer este artículo y buscar alguna otra lectura sobre
los scouts, o un buen libro que pueda servirle … una serie puede ser una muy
buena opción.
Si Ud
considera que es imposible pensar que la función del escultismo en el campo
popular pueda realizarse de una buena manera si no cuestionamos el orden social
dominante, los modelos educativos con los que ha “evolucionado” el escultismo;
si no buscamos contribuir a la construcción y fortalecimiento de los sectores
segregados y excluidos con el objeto de que ellos mismos puedan convertirse en
actores sociales que produzcan cambios… si es así cómo piensa… lo invito a
seguir leyendo no para que acuerde por completo con lo que escribo, sino para
que aunque sea el texto le sirva para pensar “para mí esto no es así, es de
otra manera”.
El grupo scout, primera torsión: de la frontera a la vecindad
Uno
de los aportes de la modernidad fue la compartimentación de la vida. De niños
cuando ingresamos en los procesos de institucionalización social que dependen del
Estado, vamos naturalizando que en el aula se estudia, en el recreo se juega,
en el taller se trabaja, en la iglesia se reza, en los scouts se acampa, en el
partido político se hace política y así sucesivamente. Naturalizamos la frontera
como aquello que señala dos o más órdenes de la vida diferentes donde si se
está de un lado, no se está de otro. Es la lógica de los conjuntos (o sistemas)
cerrados que se constituyen a partir de la negación de la relación existente con
otros órdenes o conjuntos. En los scouts se practica escultismo: no se
enseña contenidos como en la escuela, no tiene lugar la religión como en la
iglesia, no tiene lugar el trabajo porque se juega, no se habla de política
porque eso corresponde a los partidos, no se es parte del barrio o de la
comunidad porque el grupo es como un seudótopo que emite la institución que funciona como Ameba (metáfora
que Freud utilizaría para referirse al narcisismo que no da lugar a lo otro
fuera de uno mismo).
Si
la vida es trabajo, estudio, aventura, fe, cultura y otras cosas más el
dispositivo moderno se ha ocupado de que cada uno de ellos se convierta de
forma artificial en un conjunto cerrado claramente delimitado donde la herejía es que
lo expulsado para afirmar el conjunto, reaparezca dentro del mismo… salvo una
excepción…. Que quienes ejercen el poder disciplinario institucional determinen
las excepciones mediante una acción o “programa
específico” que puede ser pensado de esa manera en tanto se lo entiende como
ajeno. Si tomamos como referencia la
Escuela (simplemente porque es más sencillo) es el docente - guardián de lo que
entra – quien tiene la facultad de introducir la excepción por se autoriza
desde su ámbito a incidir en otro y no
comprende si la respuesta es negativa; es
allí donde le pide a los padres que ayuden a los hijos con los deberes cuando
es la escuela el espacio para aprender, o en una clase preparan un juego para
enseñar contenidos cuando es el recreo el espacio para jugar, o trabajan en el
aula haciendo un regalo para el día de la familia cuando es el taller donde se
labora, o se habla de política (siempre de otras épocas) cuando corresponde en
la currícula determinando cuál es la interpretación correcta de lo ocurrido
cuando es el partido político el ámbito adecuado donde se expresan distintas
interpretaciones.
Es
cierto que existen espacios distintivos, lo que no es cierto es que
necesariamente exista una frontera entre unos y otros como se
pretende desde una racionalidad poco racional. El concepto de vecindad
es más adecuado para la experiencia humana en tanto no solo se supone que podríamos
dividir la experiencia humana en distintos conjuntos, sino que entre ellos
existen relaciones y que originariamente en la experiencia todos los ámbitos
conviven. La vecindad es la relación originaria y desde allí se forma ese
primer grupo prototípico que es la pandilla que se convertirá en patrulla.
Primero es la comunidad y las relaciones de amistad, y a ella se le monta la institución
ahora… cuando se “sube” en lo institucional la lejanía de la experiencia
originaria es cada vez mayor o directamente inexistente ¿Qué sabe el Director
de un Distrito si el papa de Pedro tiene trabajo o no? Entre estos conjuntos
artificiales hay espacios de intersección donde sin perder su especificidad se establecen
puntos en común con otros conjuntos y esto determina una serie de relaciones
donde ya no es tan segura la función del gendarme que cuida la frontera en
tanto pasa a ser porosa y exige que sea
alojada y trabajada en cada uno de los conjuntos; en nuestro caso en el grupo
scout.
Desde
una perspectiva de Educación Popular no se trata de la lógica de la Ameba
institucional donde los seudótopos cumplen una función colonizadora y
civilizatoria. Lo que importa es cómo las plataformas institucionales entran en relaciones de vecindad y mutua determinación en una comunidad o grupo
determinado. De esta manera el escultismo podrá ser entendido (1) como un
espacio adecuado de construcción de lo popular o (2) como un Aparato Ideológico
de control social al servicio del coloniaje que moldea sujetos con teorías
cognitivas donde se eliminan las historias personales, comunitarias los lazos
con sus comunidades que merezcan la pena tener en cuenta o promover siendo el objetivo no enunciado el
mantenimiento de las estructuras sociales productoras de la alienación, la
negación de lo particular, y la consolidación de la opresión de sectores
políticos y sociales reforzada a partir del nuevo orden disciplinador: el
aparato mediático transnacional (12 empresas manean la comunicación mundial) que
indican a nuestros niños y jóvenes no solo qué pensar de la realidad, sino qué desear, a quién segregar y
qué consumir.
Que
el movimiento scout sea independiente no lo convierte en apolítico, Klaus
Tegeder (Presidente de WFIS) en un reportaje
que hize y fue publicado en la Roca decía “Que también sean libres de todo tipo de opresión, ya
sea política, religiosa, o cualquier otro tipo de interferencia. Los
niños y jóvenes deben incorporan conocimiento en sus mentes, y no
convertirse en soldados de juguete, tienen que estar preparados para el mundo
que se avecina: porque hay otra forma de esclavitud moderna impuesta por la
omnipresencia de los medios sociales, los niños están aislados e híper
conectados a un mundo virtual. En mi opinión, el Movimiento Scout
ofrece una oportunidad única para la socialización que hoy en día es más
relevante que hace 100 años. Este debe ser nuestro principal trabajo como
Scouts, nuestra contribución a la sociedad. Estos fundamentos son
importantes” Esto pone en clara sintonía el Escultismo
Independiente con aquellos que asumimos como necesaria la transversalidad de la
Educación Popular en cualquiera de las asociaciones porque apostamos a erradicar
la “Teología de la resignación” en tanto estamos convencidos que la
construcción de un mundo mejor es imposible de realizar si los segregados y
excluidos no se transforman en actores sociales.
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