Desde
los orígenes del escultismo existe esta problemática que provoca tensiones
respecto de los fines del movimiento. Al hablar de la historia tenemos una
imagen idealizada del campamento de Brownsea. Cuesta mucho mas imaginar que
sobre el 1900 de la época victoriana se marcaba una clara división de clases
sociales, esto implicaba que la niñez y adolescencia de los barrios pobres
vivíera en condiciones infrahumanas, sin ningún tipo de servicios, los padres
explotados en las fábricas trabajando por demás, y los hermanos mayores
cuidando a los menores en sus casas casi sin acceso a la escolaridad. También era
la época de la ilusión que el desarrollo tecnológico traería bienestar a
toda la humanidad, como si el sistema productivo capitalista sin regulaciones no
operara por descarte humano y degradación ambiental. El escultismo
ofrecía aventura quitar sacar los chicos de las ciudades harto contaminadas por
la industria hacia lugares que difícilmente podrían ir con sus familias
siquiera a vacacionar. La progresión podía pensarse desde la aventura, pero
también como intervención social para el desarrollo del aprendizaje del uso
de herramientas y los conocimientos de primeros auxilios que
pasaban a ser de gran importancia para la incorporación a la vida de la fábrica o
el ejército y para el cuidado de los hermanos menores en los hogares, donde
el uso del fuego, braseros y los accidentes domésticos especialmente de los
niños y púberes se convertían en invalidantes o mortales ante la falta de un
sistema de salud preventivo y de atención a la población.
Luego
de 100 años pareciera que nadie cree que el Crecimiento Económico y Desarrollo Humano
generalmente vayan juntos, siendo el ejemplo mas claro como todo tipo
de política impulsada desde los países centrales implica alargamiento de la
vida laboral (de los que trabajan), disminución de las jubilaciones,
crecimiento del desempleo, disminución de salarios, liberación de aduanas y destrucción de las economías regionales,
ausencia de ayuda social a los sectores postergados... como dice el Papa
Francisco en la Encíclica Laudato Si respecto de los pobres y excluidos: “sus
problemas se plantean como un apéndice, como una cuestión que se añade casi por
obligación o de manera periférica, si es que no se los considera un mero daño
colateral”. La paradoja del modelo productivo actual es que al planeta
en estas condiciones le sobra gente y le sobra dinero… y a medida que aumenta
el dinero en pocas manos, sobra más gente.
La ilusión tecnológica de comienzos de 1900 en
el siglo XXI se ha desvanecido excepto para los economistas del FMI que
defienden a capa y espada que nada perjudique a los países centrales, planteando
un mundo inexistente cuando en la realidad los países ricos son ricos porque
los países no – ricos en general son los que siguen pagando su calidad de vida.
Pensemos que en la actualidad los índices de pobreza e indigencia en
América Latina son superiores al 30 %, y si desglosamos ese número por
ejemplo en Argentina (datos UNICEF junio 2017)
la pobreza alcanza a un 45% de los niños de 0 – 4 años, 48% a niños de
5 a 12 años, 51 % a púberes y adolescentes entre 13 y 17 años. Si estás
leyendo este artículo es poco probable que pertenezcas a dicho sector
poblacional, o quizás tengas la suerte que por cuestiones de movilidad social
ascendente hayas pertenecido al mismo y hoy vivas junto con el otro 50% de la
población del cual solo un porcentaje pequeño acumula la mayor riqueza; aunque
las perspectivas en la Argentina actual es clara la tendencia de movilidad
social descendente.
La
pobreza no es solo de ausencia de dinero. Cualquiera que viva o trabaje en un
barrio pobre podrá observar serios problemas habitacionales, condiciones casi
inexistentes de servicios de salud, cloacas, agua potable, recolección de
basura, escuelas, con todo lo que ello implica respecto a la posibilidad de
enfermarse morir y la imposibilidad de progreso. Los pobres reciben el mayor
impacto ambiental en todos los sentidos. Originariamente muchos de los
asentamientos en las ciudades son producto del despoblamiento rural provocado
por la agricultura extensiva y cada vez más latifundista (por las extensiones
de territorio en manos de un solo dueño), la destrucción de los bosques nativos
que provoca la expulsión de los grupos humanos que históricamente vivieron en
ellos, la destrucción de las economías regionales que brindan posibilidades de
trabajo en función del un sistema económico que no protege y tampoco promueve
el desarrollo sostenible, etc. Los pobres de las zonas rurales suelen trabajar
en condiciones de explotación viviendo en lugares donde la falta es la palabra
común: falta agua potable por lo que la contaminación de las napas y del aire a
partir de los agrotóxicos provoca un impacto directo sobre el cuerpo, falta
accesibilidad a la salud, falta accesibilidad a la educación, Falta
alimentación y mucho mas.
Escultismo en los bordes
Necesidad,
demanda y deseo son tres conceptos fundamentales para cualquier abordaje. La
necesidad está relacionada directamente a la biología: necesitamos comer,
necesitamos curarnos, necesitamos ser cuidados para poder desarrollarnos. La
demanda es el camino que toma la necesidad al pasar por la palabra y va en
busca de una respuesta en el Otro, siendo en definitiva una demanda de Amor… y
el deseo… el deseo es un más allá de la demanda, pero para que éste se
constituya es necesaria la primer respuesta.
Las
distintas comunidades humanas han construido diversas respuestas para
satisfacer sus necesidades, acompañadas de la palabra humanizadora que
orienta la relación con lo trascendente (un más allá de la comunidad), ordena
una visión del universo del cual se forma parte, explica las divisiones del
trabajo social y de las clases sociales, enseña cómo vivir una vida
satisfactoria. Si estas funciones no son cumplidas por las comunidades los
niños y jóvenes quedan a merced de la Matrix comunicacional que suple cada una
de las funciones en un sistema de control digno de las mejores distopías.
Nuestros
niños y jóvenes de clase media de las ciudades viven en sus hogares, pero
forman parte de una especie de Kibutz virtual neoliberal que los educa; los que
viven en los sectores más postergados no tienen la misma suerte ya que “la
ciudad” y los modos de producción hacen inútiles cada una de las funciones
familiares y comunitarias golpeando de lleno en las identificaciones para dejar
al sujeto incorporado como siervo o excluido de los modos de producción
neoliberal. En la pubertad /adolescencia con tanta carga mortífera desde lo
social entran fuertemente en crisis las respuestas de como reorientar el Ser en
un proyecto de vida:
1) Cómo
orientarse en su sexualidad en tanto que las Insignias Masculinas y Femeninas
familiares no poseen valor social, por lo que existe la posibilidad de quedar a
merced del circuito amor / odio
2) Cómo
orientarse en el tener desde la marginalidad cuando el punto de partida es que
se ha vivido despojado, donde las Insignias (identificaciones) predominantes se
relacionan con la violencia y el exceso
3) Cómo
articular un sentido para la vida y la muerte cuando las respuestas familiares
y comunitarias fueron deslegitimadas socialmente, y solo se ha vivido de
ausencia y pérdida.
La pobreza deja a las personas reducidas a
sujeto de pura necesidad quedando a la espera de un Otro que no puede
responder su demanda cuando lo requiere ya que no puede ofrecer lo que necesita.
La alteración en la conformación del circuito del deseo marcará de distinta
manera la vida de cada persona dejando una marca indeleble. En la lucha entre
lo que empuja a la vida y lo que empuja a la muerte, se produce un desbalance
donde ganando la muerte, los excesos desregulados hacia el exterior
(heteroagresión) o hacia el interior del propio cuerpo (autoagresión)… y
entonces al menos surgen dos problemas a pensar (1) ¿Cómo practicar escultismo
en las comunidades que viven en los bordes donde se encuentra el 50% de los
niños y jóvenes de nuestro continente?
(2) Si pensamos que esto es posible ¿No toca en lo más mínimo la
práctica que se realiza en las clases medias que si bien la necesidad biológica
está satisfecha aún así existe alteración del deseo por abandono de las
funciones familiar y comunitaria?
La
próxima semana avanzaremos sobre el tema del niño, la familia y la comunidad en
el movimiento scout intentando comenzar a delinear algunas respuestas posibles
a las preguntas que nos hacemos.
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