martes, mayo 01, 2018

Escultismo en las villas... ¿sin uniforme?

(insignias hechas con papel, lápiz y contact)



            Un posteo en el grupo de facebook del Blog generó una de esas tantas respuestas automáticas que solemos dar, descubriendo de alguna manera la posición de pre-juicio en la que podemos caer al ubicarnos como gente de clase media que sabe lo que al otro le conviene, y esto sin desmerecer el compromiso que cada dirigente tiene con el trabajo en los sectores socialmente postergados.

            El debate consistió en dos posiciones respecto del uso del uniforme con chicos de las villas, lo que podría sintetizarse en dos posturas (1) Los chicos tienen otras necesidades y pensar en la compra de uniforme es ir contra de la realidad, lo único que se necesita es la insignia scout y el pañuelo que es lo que nos distingue (2) Los chicos son los que piden el uniforme y las insignias para ser scout como los demás, convirtiéndose en una posibilidad de dignificación y mejora de la autoestima personal.

            Inicialmente acordé con la postura (1) ¿cómo vamos a solicitarles a los chicos que tienen necesidades mucho más importantes que usen el uniforme scout y las insignias?... pero al escuchar la postura (2) me vi obligado a realizar un ejercicio de memoria.

Erase una vez… la villa


            Siempre recuerdo la infancia y adolescencia con mucho cariño, especialmente al grupo scout que me permitió descubrir el mundo. El barrio donde vivía era muy humilde, hasta mis 7 u 8 años buscábamos el agua en la canilla pública… en ese tiempo era uno de esos barrios que las personas de clase media preferían evitar pasar, aunque en realidad la conformación social era gente pobre y humilde pero trabajadora… en la esquina estaba “Cacho López” donde los cirujas llevaban sus botellas y fierros para vender, al lado y frente de mi casa albañiles, algún que otro gasista y plomero, diarieros y por supuesto por la tarde dos o tres borrachos que iban a jugar al mus al club

           Con el grupo scout comencé a descubrir el mundo… recuerdo la primer salida hasta “aldea romana”, a unos 3 kms por un lugar que hoy está poblado y que para todos fue como explorar los bosques de la hermosa Costa Rica con arroyito incluido… el primer campamento anual se realizó a unos 4 kilometros, en el Seminario Menor donde en realidad desde los ojos de niño era como estar en un bosque a cientos de kilómetros de la ciudad... desde los ojos de algunos adultos scouts probablemente no parecía una verdadera aventura.

            Siempre cuento que en esa época no nos querían afiliar ni INSA ni USCA no solo por ser pobres, sino porque la parroquia había tenido un “cura tercermundista” al que le habían volado la casa con una bomba, y el barrio era de “subversivos”… fuimos los pibes que al escuchar las historias scouts, la vida de BP, al leer el único libro que había en el grupo que se llamaba “Escultismo para muchachos” los que queríamos era usar uniforme, no solo ser scouts sino parecernos a los aventureros de los bosques… y los dirigentes decidieron que usaríamos vaquero, remera blanca y el pañuelo… así formulé mi promesa pero nuestra insistencia provocó que al siguiente año se trabajara para que usemos la camisa scout y unas insignias que comprábamos en un local del centro que se llamaba “La Ficco Guzzo” que suponemos en algún momento había sido tienda scout porque todavía tenía insignias y nadie pedía un carné para comprarlas...

            La pobreza nos obliga a ser creativos, y los pibes pedíamos mas… fue así que nuestro querido dirigente de tropa, Rafael Rodríguez (Antílope Sagaz) muy hábil con sus manos, con una vieja cucarda de metal  y unos trozos de cuero hizo nuestras primeras insignias de Primera Clase… un circulo de cuero con una flor de lis grabada a fuego… ¡Qué Felices que fuimos ese día cuando nos reconocieron en una Insignia nuestro progreso! Muchos adultos y “expertos pedagogos” que han guardado su niñez en el desván, se pierden en las teorías educativas y por lo tanto ya no disponen del único registro válido de la experiencia que es en primer lugar que una Insignia es un SIGNO para la persona que la recibe, una DISTINCIÓN positiva de la diferencia que para quienes poco tienen mucho significa elevando la autoestima, otorgando visibilidad al trabajo y al esfuerzo realizado.

            Y los pibes seguían queriendo mas… ya en contacto con otros grupos scouts, en proceso de integración a la USCA (lo que recién pudo formalizarse con la caída de la dictadura) veíamos que otros usaban parches de campamento pero ¿cómo podríamos pagarlos?... a esta altura ya era Raider y con mis grandes amigos hacíamos los trofeos de los campeonatos con pedazos de tronco y metal grabado con punzón… allí Chiva Astuta (Ricardo Rodríguez, quien con los años fue uno de los promotores del escultismo en Tierra del Fuego y si no me equivoco aún sigue en actividad) nos invitó a ayudarlo a hacer los primeros parches de campamento ¿cómo los hicimos?... luego de elegido el lema y el motivo, Chiva los dibujaba, sacábamos fotocopias, pintábamos las siluetas con lápiz (la fibra si se moja se corre), los cubríamos con contact transparente y doña Benigna (la mamá de Chiva, cocinera histórica del grupo) los cocía con un fondo de paño. En el primer día de campamento todos contábamos con nuestro parche y por esas cosas de la vida resistían (y aun resisten) las inclemencias del tiempo.

            Nunca pensamos el uniforme scout como algo militar sino como ropa de trabajo, que de hecho lo es… ¿acaso donde van a comprar las camisas? ¿no son locales de ropa de trabajo fabril o de campo? ¿Quién puede sostener que el uniforme scout es algo militar cuando la realidad incluso comercial nos demuestra otra cosa?... y con el paso de los años todos fuimos teniendo el uniforme, algunos lo pasaban una vez que les quedaba chico, otro conseguía ropa del trabajo de sus padres y una costurera lo achicaba… como sea aunque no del todo completo el uniforme estaba, y con el tiempo las insignias.

Niños sin atributos

            Sin duda alguna hoy la pobreza no es lo que era… desde mi infancia a este tiempo se han sumado una serie de problemas antes inexistentes como la falta de empleo, la marginalidad, la venta y consumo de sustancias no solo en adultos sino en los niños, los distintos tipos de excesos en virtud de la carencia principal que es la de un aparataje simbólico que permita ayudar a hacer con la reducción a la nada social. En la villa muchos están desnudos aunque tengan ropa, en tanto ante la carencia simbólica desprovee de caracteres o cualidades particulares que puedan ofrecer algún tipo de distinción afirmativa, solo el discurso de las Iglesias da valor a la pobreza y no es seguro afirmar que sea algo que incida negativamente. ¿Qué tiene que ver esto con los scouts?

            Baden Powell crea el movimiento pensando en incidir sobre la niñez “gamberra” ¿Qué significa esto? … según el diccionario podría decirse que son aquellos niños que no se encuentran en una buena relación con la “civilidad”, los alborotadores, pequeños delincuentes, niños abandonados a su suerte. El escultismo con los años olvidó uno de los ejes centrales del por qué de su existencia para dirigirse a las capas medias de la población que tenían y tienen otro tipo de ofertas, y desde las mismas clases medias aparecieron los pedagogos que – como diría el chavo- sin querer queriendo comenzar a leer el fenómeno educativo desde las clases medias introduciendo cambios para crecer en cantidad y competir con otras ofertas pero desde la perspectiva de las necesidades de las clases medias.

            Esa niñez desnuda necesita “vestirse” y para ello el escultismo tiene una propuesta para jugar un Gran Juego, adherir a una Ley, regularse socialmente en los organismos de las ramas,  permitir que se  “vistan” simbólicamente con un correlato físico… el pañuelo, el uniforme, las insignias, las que en su conjunto van marcando distintos atributos de cada niño en particular… quien casi todo lo tiene probablemente no valore de la misma manera estas cosas porque puede tener otras, y otras… incluso puede avergonzarse de usar su uniforme cuestión que no es segura en el grupo scout de la villa. Los dirigentes, quienes ya estamos formados corremos el riesgo de no valorar aquello que autoafirma a cada uno de los niños otorgándoles una dignidad particular, la de no solo ser scouts sino parecerlo, porque para que el hábito no haga al monje es necesario primero que exista un monje… todos estos elementos simbólicos del escultismo permitir constituir al scout… después que cada uno haga lo que quiera con su uniforme, pero la condición es que primero pueda servirse de él... parafraseando a la Psicoanalista Beatriz Janin no nos olvidemos que el niño no sufre ni por los desafíos vitales, ni por las propias limitaciones del entorno... sufre cuando se lo menosprecia, se lo desinviste, cuando se le niega lo que él sabe que tiene derecho 

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