(insignias hechas con papel, lápiz y contact)
Un posteo en
el grupo de facebook del Blog generó una de esas tantas respuestas automáticas
que solemos dar, descubriendo de alguna manera la posición de pre-juicio en la
que podemos caer al ubicarnos como gente de clase media que sabe lo que al otro
le conviene, y esto sin desmerecer el compromiso que cada dirigente tiene con el
trabajo en los sectores socialmente postergados.
El debate
consistió en dos posiciones respecto del uso del uniforme con chicos de las
villas, lo que podría sintetizarse en dos posturas (1) Los chicos tienen otras
necesidades y pensar en la compra de uniforme es ir contra de la realidad, lo único
que se necesita es la insignia scout y el pañuelo que es lo que nos distingue
(2) Los chicos son los que piden el uniforme y las insignias para ser scout
como los demás, convirtiéndose en una posibilidad de dignificación y mejora de
la autoestima personal.
Inicialmente
acordé con la postura (1) ¿cómo vamos a solicitarles a los chicos que tienen
necesidades mucho más importantes que usen el uniforme scout y las
insignias?... pero al escuchar la postura (2) me vi obligado a realizar un
ejercicio de memoria.
Erase una vez… la villa
Siempre
recuerdo la infancia y adolescencia con mucho cariño, especialmente al grupo
scout que me permitió descubrir el mundo. El barrio donde vivía era muy
humilde, hasta mis 7 u 8 años buscábamos el agua en la canilla pública… en ese
tiempo era uno de esos barrios que las personas de clase media preferían evitar
pasar, aunque en realidad la conformación social era gente pobre y humilde pero
trabajadora… en la esquina estaba “Cacho López” donde los cirujas llevaban sus
botellas y fierros para vender, al lado y frente de mi casa albañiles, algún que
otro gasista y plomero, diarieros y por supuesto por la tarde dos o tres
borrachos que iban a jugar al mus al club
Con el grupo scout comencé a descubrir el mundo… recuerdo la primer
salida hasta “aldea romana”, a unos 3 kms por un lugar que hoy está poblado y
que para todos fue como explorar los bosques de la hermosa Costa Rica con arroyito
incluido… el primer campamento anual se realizó a unos 4 kilometros, en el Seminario Menor
donde en realidad desde los ojos de niño era como estar en un bosque a cientos
de kilómetros de la ciudad... desde los ojos de algunos adultos scouts probablemente no parecía una verdadera aventura.
Siempre
cuento que en esa época no nos querían afiliar ni INSA ni USCA no solo por ser
pobres, sino porque la parroquia había tenido un “cura tercermundista” al que
le habían volado la casa con una bomba, y el barrio era de “subversivos”…
fuimos los pibes que al escuchar las historias scouts, la vida de BP, al leer
el único libro que había en el grupo que se llamaba “Escultismo para muchachos”
los que queríamos era usar uniforme, no solo ser scouts sino parecernos a los aventureros de los bosques… y los dirigentes decidieron que usaríamos
vaquero, remera blanca y el pañuelo… así formulé mi promesa pero nuestra
insistencia provocó que al siguiente año se trabajara para que usemos la
camisa scout y unas insignias que comprábamos en un local del centro que se
llamaba “La Ficco Guzzo” que suponemos en algún momento había sido tienda scout
porque todavía tenía insignias y nadie pedía un carné para comprarlas...
La pobreza
nos obliga a ser creativos, y los pibes pedíamos mas… fue así que nuestro
querido dirigente de tropa, Rafael Rodríguez (Antílope Sagaz) muy hábil con sus manos, con una vieja cucarda de
metal y unos trozos de cuero hizo nuestras primeras insignias de Primera
Clase… un circulo de cuero con una flor de lis grabada a fuego… ¡Qué Felices
que fuimos ese día cuando nos reconocieron en una Insignia nuestro progreso!
Muchos adultos y “expertos pedagogos” que han guardado su niñez en el desván, se pierden en las teorías
educativas y por lo tanto ya no disponen del único registro válido de la
experiencia que es en primer lugar que una Insignia es un SIGNO para la persona
que la recibe, una DISTINCIÓN positiva de la diferencia que para quienes poco
tienen mucho significa elevando la autoestima, otorgando visibilidad al trabajo
y al esfuerzo realizado.
Y los pibes
seguían queriendo mas… ya en contacto con otros grupos scouts, en proceso de
integración a la USCA (lo que recién pudo formalizarse con la caída de la
dictadura) veíamos que otros usaban parches de campamento pero ¿cómo podríamos
pagarlos?... a esta altura ya era Raider y con mis grandes amigos hacíamos los
trofeos de los campeonatos con pedazos de tronco y metal grabado con punzón… allí
Chiva Astuta (Ricardo Rodríguez, quien con los años fue uno de los promotores
del escultismo en Tierra del Fuego y si no me equivoco aún sigue en actividad)
nos invitó a ayudarlo a hacer los primeros parches de campamento ¿cómo los
hicimos?... luego de elegido el lema y el motivo, Chiva los dibujaba, sacábamos
fotocopias, pintábamos las siluetas con lápiz (la fibra si se moja se corre),
los cubríamos con contact transparente y doña Benigna (la mamá de Chiva,
cocinera histórica del grupo) los cocía con un fondo de paño. En el primer día
de campamento todos contábamos con nuestro parche y por esas cosas de la vida
resistían (y aun resisten) las inclemencias del tiempo.
Nunca
pensamos el uniforme scout como algo militar sino como ropa de trabajo, que de
hecho lo es… ¿acaso donde van a comprar las camisas? ¿no son locales de ropa de
trabajo fabril o de campo? ¿Quién puede sostener que el uniforme scout es algo
militar cuando la realidad incluso comercial nos demuestra otra cosa?... y con
el paso de los años todos fuimos teniendo el uniforme, algunos lo pasaban una
vez que les quedaba chico, otro conseguía ropa del trabajo de sus padres y una
costurera lo achicaba… como sea aunque no del todo completo el uniforme estaba,
y con el tiempo las insignias.
Niños sin atributos
Sin duda alguna hoy la pobreza no es lo que era… desde mi infancia a este
tiempo se han sumado una serie de problemas antes inexistentes como la falta de
empleo, la marginalidad, la venta y consumo de sustancias no solo en adultos
sino en los niños, los distintos tipos de excesos en virtud de la carencia
principal que es la de un aparataje simbólico que permita ayudar a hacer con la
reducción a la nada social. En la villa muchos están desnudos aunque tengan
ropa, en tanto ante la carencia simbólica desprovee de caracteres o cualidades
particulares que puedan ofrecer algún tipo de distinción afirmativa, solo el
discurso de las Iglesias da valor a la pobreza y no es seguro afirmar que sea algo
que incida negativamente. ¿Qué tiene que ver esto con los scouts?
Baden Powell
crea el movimiento pensando en incidir sobre la niñez “gamberra” ¿Qué significa
esto? … según el diccionario podría decirse que son aquellos niños que no se
encuentran en una buena relación con la “civilidad”, los alborotadores, pequeños
delincuentes, niños abandonados a su suerte. El escultismo con los años olvidó
uno de los ejes centrales del por qué de su existencia para dirigirse a las
capas medias de la población que tenían y tienen otro tipo de ofertas, y desde
las mismas clases medias aparecieron los pedagogos que – como diría el chavo-
sin querer queriendo comenzar a leer el fenómeno educativo desde las clases
medias introduciendo cambios para crecer en cantidad y competir con otras
ofertas pero desde la perspectiva de las necesidades de las clases medias.
Esa niñez
desnuda necesita “vestirse” y para ello el escultismo tiene una propuesta para
jugar un Gran Juego, adherir a una Ley, regularse socialmente en los organismos
de las ramas, permitir que se “vistan” simbólicamente con un correlato físico…
el pañuelo, el uniforme, las insignias, las que en su conjunto van marcando
distintos atributos de cada niño en particular… quien casi todo lo tiene
probablemente no valore de la misma manera estas cosas porque puede tener
otras, y otras… incluso puede avergonzarse de usar su uniforme cuestión que no
es segura en el grupo scout de la villa. Los dirigentes, quienes ya estamos
formados corremos el riesgo de no valorar aquello que autoafirma a cada uno de
los niños otorgándoles una dignidad particular, la de no solo ser scouts sino
parecerlo, porque para que el hábito no haga al monje es necesario primero que
exista un monje… todos estos elementos simbólicos del escultismo permitir
constituir al scout… después que cada uno haga lo que quiera con su uniforme,
pero la condición es que primero pueda servirse de él... parafraseando a la Psicoanalista Beatriz Janin no nos olvidemos que el niño no sufre ni por los desafíos vitales, ni por las propias limitaciones del entorno... sufre cuando se lo menosprecia, se lo desinviste, cuando se le niega lo que él sabe que tiene derecho
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